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Jaque

Escondía siempre, de mi campo de visión, todos los peros. Matizaba con excusas todos sus defectos. Y tejía por las noches bufandas de reproches que escondía al llegar el amanecer, para abrigar luego a la anunciada soledad, que esperaba paciente su brillante aparición. Si te marchas quedaré inmersa en la tristeza, condenada a un mundo gris, así que mientras tanto, mientras tenga tu mano en la mía, aun con el tiempo en nuestra contra, pintaré de naranja este cielo, que ya quiere acostarse y dejarse ir. Y si amanece el día desde Holanda, gritaré fuerte hasta que se oiga por París, que en los montes de la mía patria, un día yo te describí, hablando con la Luna me decía, que en los canales de tus tierras ella mece las cunas, de los malos poetas, de los malos amantes y consuela sobre su pecho a los que, como yo, no son correspondidos nunca, y se pierden entre llantos y recuerdos. Y entonces descubrí, que llevas acento del sur en los labios, que traes contigo aires de grandeza, y te me

Trotamundos.

Y en Madrid al llegar la noche rejuvenecen las calles. Se llenan de luces y pasos largos. En Galicia se tiñen de verde los prados para estar listos a la mañana siguiente. Llueve en sus playas. En Barcelona ya nadie habla de política y se besan amantes de lenguas distintas. Sevilla se sube al tablao y canta canciones del sur, para empujar el viento a las ruinas de Mérida. En Canarias aún no es de noche. Y en Segovia se enganchan las almas rotas bajo su acueducto, trocitos de historias aún sin acabar. Valencia no tiene esta noche mascletá y sin embargo estallan en bares las risas de quiénes no se quieren separar, y arden hogueras en su fina arena aunque no sea san Juan. En Toledo aún luchan quienes abogan por la igualdad: por sus barrios judíos pasean musulmanes y cristianos charlando de paz. Toda la noche viajando si me miras con esos dos ojos tuyos. ¿Cómo puede ser que vea tanto dolor y sufrimiento y a la vez sea capaz de encontrar la calma? Anduve de puntillas con aquellos

Amante de plata

Amante de plata, te sienta bien el plano a contraluz. No frenas primaveras deshojando margaritas, ni bebiéndotelos. No taponas mis riadas con tus manos. Hoy vamos a llover de madrugada. Se han vestido de curvas mis miedos, y de asfalto mi piel.  Exhalo humo como petrolera, respiro vapor de ti. Corazones gigantes en camas pequeñas ¿o era al revés? Pica la almohada más en el sur. Y ya no aplauden los extraños. Entiendo que no puedo suplicarte una vez más, pero quédate, ven conmigo para siempre. Me duele el alma de quererte, eres vicio de los malos. Tengo entre las costillas guardados, los recuerdos de aquella noche casi en fin de año, tus manos en mis manos leyéndome a tientas, verte como un ciego, sommelier en tus labios. Me creí cineasta sobre aquel colchón de mimbre. Jugué a limar la coraza que me impide llegar a ti, y solo encontré nervios inconexos, ceniza y alguna que otra noche oxidada. Tengo tus besos empapados en s