Cuando.
Cuando no quieres creer en el amor, y matas con cigarros y una vieja cinta de cassette llena de canciones tristes el atisbo de esperanza que queda dentro de ti. Y se desvanece ,poco a poco, la fe. Cuando sonríes pero estás rota. Cuando bebes para ahogar lo de dentro, pero cierras los ojos y desaparece todo a tu alrededor, y conquista el humo a tus pulmones, y te vencen las lágrimas y lo dulce de la muerte te seduce. Cuando intentas dominar a tus entrañas, y te desarma el silencio, y no soportas la soledad ni un segundo aunque por dentro esté todo igual.
Cuando te entristece el batir de unas alas que se alejan. Cuando la tortura de su piel contra otra te castiga. Cuando finges que no sangran tus heridas, que no tiñen de granate la nieve, que ya no es pura. Cuando los recuerdos te desgarran y juras estar bien. Cuando me olvidas y lo siento, y me arrepiento. Cuando detonas mis anhelos más secretos y saltan por los aires los pedazos y yo con ellos. Cuando llega el invierno y lo único que permanece es el frío, que nunca marcha. Cuando muerden tus recuerdos mi mal fingida armonía, a traición, y se eriza mi piel y se prepara para ser a arrancada a tiras y yo con la cabeza erguida, y la mirada caída. Cuando me quedo sin aliento sobre otra nuca que no es la tuya. Cuando nadie me calienta los pies fríos en la cama. Cuando no respiro al ver reflejada mi sonrisa en otras pupilas que no tienen tu color y recuerdo tus dientes hablando demasiado cerca de los míos y acariciándose después. Cuando me abrazan y ya no sé que hacer. Cuando las ventanas de mi casa se vuelven opacas y no hay luz ya en mí. Y no me brillan los ojos. Y no me burbujea la sangre. Cuando me apunto y no tengo valor. Cuando niego sentir dolor. Cuando la cama se me hace demasiado grande y prefiero dormir en el suelo. Es ahí cuando más te echo de menos y me juro no volver al lugar donde te tengo escondido y del que siempre regreso malherida. Donde cuento mentiras, y no ovejas. Donde las montañas no van a Mahoma y Mahoma está enterrado en la arena de alguna playa, esperando como yo, que el mar le lleve adentro y se consuma, como me consume a mí la nostalgia. Cuando me pierdo en los bares y no me encuentro. Cuando pierdo el tiempo, la orientación, la consciencia, las llaves de casa, las ganas de seguir. Cuando te busco y me miento diciendo que es la última vez, que ha sido sin querer. Cuando las horas pesan. Cuando escribo.. Cuando te veo desaparecer en las sombras de mi habitación, y cuando veo tu sudadera sobre mi edredón. Cuando bebo a palo seco. Te sigo queriendo cuando...
Cuando te entristece el batir de unas alas que se alejan. Cuando la tortura de su piel contra otra te castiga. Cuando finges que no sangran tus heridas, que no tiñen de granate la nieve, que ya no es pura. Cuando los recuerdos te desgarran y juras estar bien. Cuando me olvidas y lo siento, y me arrepiento. Cuando detonas mis anhelos más secretos y saltan por los aires los pedazos y yo con ellos. Cuando llega el invierno y lo único que permanece es el frío, que nunca marcha. Cuando muerden tus recuerdos mi mal fingida armonía, a traición, y se eriza mi piel y se prepara para ser a arrancada a tiras y yo con la cabeza erguida, y la mirada caída. Cuando me quedo sin aliento sobre otra nuca que no es la tuya. Cuando nadie me calienta los pies fríos en la cama. Cuando no respiro al ver reflejada mi sonrisa en otras pupilas que no tienen tu color y recuerdo tus dientes hablando demasiado cerca de los míos y acariciándose después. Cuando me abrazan y ya no sé que hacer. Cuando las ventanas de mi casa se vuelven opacas y no hay luz ya en mí. Y no me brillan los ojos. Y no me burbujea la sangre. Cuando me apunto y no tengo valor. Cuando niego sentir dolor. Cuando la cama se me hace demasiado grande y prefiero dormir en el suelo. Es ahí cuando más te echo de menos y me juro no volver al lugar donde te tengo escondido y del que siempre regreso malherida. Donde cuento mentiras, y no ovejas. Donde las montañas no van a Mahoma y Mahoma está enterrado en la arena de alguna playa, esperando como yo, que el mar le lleve adentro y se consuma, como me consume a mí la nostalgia. Cuando me pierdo en los bares y no me encuentro. Cuando pierdo el tiempo, la orientación, la consciencia, las llaves de casa, las ganas de seguir. Cuando te busco y me miento diciendo que es la última vez, que ha sido sin querer. Cuando las horas pesan. Cuando escribo.. Cuando te veo desaparecer en las sombras de mi habitación, y cuando veo tu sudadera sobre mi edredón. Cuando bebo a palo seco. Te sigo queriendo cuando...
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