Por los de siempre

“Son mis amigos, en la calle pasábamos las horas”

Me paso la vida escribiendo, la mayoría de las veces historias que nunca van a suceder, relatos inventados, y joder, siempre de amor, que sé que es cursi, y hoy quiero escribir sobre ellos, los de toda la vida, los que han estado ahí siempre, y bueno, aquí están. Hay mucha gente que ya ha hablado antes de lo que significa amistad, han creado hasta definiciones, y todas ellas creen estar en posesión de la verdad, y no lo niego, no quiero contradecir a Aristóteles cuando dice que la amistad es un alma que habita en dos cuerpos, no, pero yo quiero que se sepa, que nosotros somos unos cuantos. Y no están todos, cada uno tendrá su momento, pero este es para los de siempre. 

Está Sara, que une el puto grupo, que tiene una sonrisa que te vuelve loca, literalmente, que  es capaz de hacerte sonreír aunque estés en las últimas, y es generosa como ella sola, tiene aura, carisma, es todo lo que quieres ser en la vida. Es un ejemplo de persona a seguir. Sabes cuando algo lleva su nombre, aunque no sea gracias a su pelo, cambiante como la Luna, que juro y perjuro que está en sus ojos. Es dura pero suave, y es capaz de hacerte empatizar hasta sus putos sentimientos, si quiere al gordi, nosotros le queremos, y de verdad que lo hacemos.

Y Javi, y aunque parezca que siempre está de mal humor no para de reírse, es un friki de la vida. Nos arregla los ordenadores y la vida en dos segundos. Inteligente y admirable. No cree en nada más que en nosotros y joder, eso te llena. Es el más sincero de todos, viene de frente y no se calla las cosas, no tiene miedo, es indomable, es rebelde, es nuestro Javi…

También está Josh, mi Josh, es el padre de todos, responsable, agradable, cariñoso… Una vez le has cogido cariño, es imposible no acordarse de él. Te acompaña a casa aunque le pille lejísimos, que no sé, que parece una gilipollez, pero él siempre está ahí para protegerte, para cuidarte, para hacerte sentir querida. Él es quien te abraza y parece que no hay mundo más allá de sus brazos, porque pone el alma en ellos, y yo ya, no sé vivir sin abrazarle, aunque sea de vez en cuando, y refugiarme en él, que me mira y sabe qué es lo que siento exactamente, sonríe y calla, te abraza más fuerte y se soluciona todo.

Y la puta loca del coño, a la que queremos más que a nada, con sus idas y venidas, con su bipolaridad, con sus caritas de niña buena, con sus ganas de comerse el mundo, con esas ganas de quererte que tiene, que te calan y te hacen sentir enana, Soraya no es una más, no hay nadie en este puto mundo que se asemeje lo más mínimo a ella, capaz de todo por quienes quiere, es un ejemplo de entrega, de lealtad. Por ellas no pasa el tiempo, te ve después de demasiados meses y te abraza y  crees recordar que ayer la viste. Es lo más grande.

Y Marta que es un muro andante, tienes que cavar en ella para poder conocerla, para que te deje, y una vez has calado en ella, se abre a ti como una flor, y te da el gusto de conocerla, de hacerte sentir grande, importante por ello. Con sus idas y venidas, y sus caras donde puedes leer entre líneas es mi Marta, no sé, es frágil pero resistente, es una puta rosa llena de espinas. Dicen que tiene veneno en la piel, y bueno, si tiene que sacar las garras, las saca valiente.

Y luego está ella, pequeñita pero matona, es la revolución hecha carne, Belén levanta un muerto con su sonrisa, y bebe como si no hubiera mañana, pero contigo, chocando los vasos y pidiendo deseos y está ahí siempre, y tiene la sonrisa más contagiosa de todas y así, como en efecto dominó, nos hace caer a todos.

Adri que viene poco pero cuando viene las lía como siempre, te demuestra que por muy rápido que pase el tiempo él siempre va a estar ahí, logra hacernos ver que todo sigue igual pese a los cambios, que nos queremos mucho más cada día. Que somos amigos de verdad.

Y en todo grupo hay un ligón, un tirafichas, mi Dani. Más ligón que Julio Iglesias, pero con un corazón que no le cabe en el pecho. Dani es para nosotros la novedad, es el que se ha ganado a pulso que le queramos. Y a mí, Dani me ha enseñado a crecer como persona, a quererme un poco más a mí misma, a no avergonzarme de lo que siento. Dani es noble, es humilde, es el hombro con el molde de todas las cabezas, al menos de la mía, porque cuando me agarra y me besa la frente y me obliga a desahogarme así, con una mirada, con un beso de amigo de verdad, te sientes limpia, como pura. Y Dani para mí es intocable.

Y  Rochío, pacha, pachá, no sé, calla parea escucharte, siempre tiene un casco en una oreja, y ganas de escucharte en la otra. Es, digamos que silenciosa, pero nadie sabe cómo hacer tanto ruido en la vida del resto. Quizás no debería contarlo, pero una vez la vi llorar, y me rompí, me di cuenta de la falta que me hacía, de lo necesaria que era para mí. Forever Pacha con sus chistes y su anime.

Y cuando me ahogo y quiero salir a respirar, a inspirar la sal del mar, voy con ellos, mis marineritos:

A Adriana le he dicho ya todo en la vida y aún así siempre tengo la sensación de que me quedan cosas por decirla. Adriana es mi niña, es la personita capaz de hacerte soñar. Es caprichosa, a veces inmadura, pero si te quiere te da una razón para vivir, porque gracias te da algo profundo, es la amiga que te abriga, que te abanica si te ahogas, y sin embargo no cabe en ningún tópico, porque es única, mi niña, bonita como ella sola, y por fuera también.  Frena lo irrefrenable en mí, es mi debilidad y mi fortaleza, es la de siempre, lo que va durar por siempre, al cuadrado.

Rober, el niño de mis ojos, yo sí soy yo, juro que es por él. No sé pensar en un futuro en el que no aparezcan sus visitas a casa, nuestras conversaciones, sus ganas de comerse el mundo. Rober es para todos un regalo del cielo, pero para mí es mi vida. No me puedes a tocar a Rober, porque estallo, y aún así ahí está él para recoger mis mil pedazos, cogerme la mano y que mientras bailamos se recomponga el sentido de todo, de la vida, de la Luna. Cuando estoy con él siento que todo está alineado, que no existen las cosas malas, ni los corazones rotos. Y él todo corazón, pasional, imposible no quererle. La referencia de todos nosotros es siempre él, mantiene todo equilibrado, y  sabe todo lo que significa para mí, lo necesaria que es su sonrisa en esta vida, y que en la mía, lo es todo. Rober para mí es un hermano, mi mejor amigo, con él aprendí a confiar, a apoyar, a creer. Me enseña a vivir, él en sí, es un modelo de vida. Y ya sabe que le adoramos, pero joder, que nadie me niegue que yo más que nadie.

Y creo que no me dejo a nadie… Porque el manco no cuenta. Y si cuenta que cuente que le quiero, desde las dos dimensiones. Desde la dimensión en la que intenta solucionar todos mis problemas para que sonría, y desde la dimensión en la que se come a besos esa sonrisa. Le quiero dos veces. Y le quiero más aún cuando es capaz de aunarlo todo, cuando me escucha y me siento entendida, conectada, y cuando dice que le gusta de lo que yo me avergüenzo y me hace grande y a la vez pequeña. Me enseña a vivir y por eso le quiero. Porque es el chico de goma, un blandiblú flojeras que luego te demuestra que tiene una fortaleza que nadie más tiene. Y no cuenta, y si no cuenta es porque de él si he escrito antes. Porque es donde soy feliz cuando me poso, como una puta mariposa, en su sonrisa que prometo que es la más bonita y quiero que todo el mundo la vea. Es la felicidad de cada uno de mis días, mi ilusión y el mayor de mis miedos. Sin él saberlo me dice a cada momento que siempre queda algo que aprender de la vida, que de repente llega alguien que te da mil vueltas y te hace sentir pequeña, y él ha sido eso para mí. Es mi amigo por encima de todas las cosas, el tío que me enseña, pero hay algo que no sabe hacer nadie más, y es sacarme esa sonrisa de tonta. Y me encanta lo hombre que es cuando le dice a Sara que la quiere o a quien sea, cuando cuida a la gente y le veo abrazar a los demás, porque no tengo ningún derecho a sentirme orgullosa, pero cuando cuida al resto, y se preocupa por los problemas del grupo y veo a la gente que le quiere como si no hubiera mañana, yo me siento afortunada y sí, orgullosa. Y admiro por encima de todo esa capacidad que tiene de volver las amistadas tan intensas, de hacer que no rocemos en el grupo, de cuidar lo que quieres y me da igual desde que dimensión sea porque es imposible no quererle, porque pone un poco de él en todo lo que hace, y sus ojos calan a cualquiera, y eso, le hace diferente.